miércoles, 24 de noviembre de 2010

GRACIAS POR MANTENERNOS DESPIERTOS…

Permítaseme en esta editorial rescatar a quienes abren espacios para los artistas, para la cultura, para la participación, y también para la solidaridad. Siempre solemos renegar de la ciudad, por ser algo apática a ciertas propuestas. De que la gente no participa. De que a la gente no le interesa lo cultural. De que a la gente solo le interesa el “baile del caño” y el chusmerío mediatizado que nos llega por televisión. Eso es subestimar a la gente. Permítaseme en esta editorial rescatar un evento en el cual no solo los artistas, sino la gente demuestran que aquello de que la gente no se interesa en la cultura, es una falacia. Permítaseme tomar sus premisas: Promover el encuentro de las partes es para nosotros una necesidad, una respuesta a una falencia que sufrimos nosotros mismos (…) Intenta ser un espacio, pero no denuncia la falta de estos, sino que busca resaltar los esfuerzos de tantos otros que día a día forjan sus propios lugares de expresión, íntimos o públicos. Hace nueve años que sus organizadores señalan: “Queremos desmitificar la individualidad del arte (…) Desenmascar el lugar protocolar del arte”. Un amigo me dijo: “Pregunté que había en ese momento, me dijeron: ‘Está a punto de comenzar una obra de teatro’. Fue la mejor hora que pasamos con mi familia el fin de semana…” No es poco ¿no? Y además es gratis y con un fin solidario. No, no es poca cosa. Es demasiado. Efectivamente el motivo de esta editorial es el “No Durmai…” que nuevamente congregó a miles de personas durante el fin de semana en la plaza. Podría esta editorial referirse a otras cuestiones: sociales, políticas, económicas, que suelen generarnos ciertos malestares. Pero se refiere a lo que desmitifica aquello de que somos fríos y poco participativos; que el arte y la cultura son una cuestión elitista. Gracias a los organizadores, artistas, y a la gente. Gracias por mantenernos despiertos, cuando creemos estar dormidos. Gracias por lograr que la cultura nos genere insomnio, y obvio, una sonrisa.


* * Por Fabian Menichetti: Periodista LV26 Radio Río Tercero - Escritor

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